Pocas cosas tan pequeñas aportan beneficios tan grandes en nuestro organismo como las semillas, por las muchas propiedades que aportan a la salud, y como con pequeñas cantidades de producto se maximiza el valor nutricional de cualquier comida donde las incorporemos.
Si bien este post no pretende entrar en lecciones históricas, si no en destacar las bondades de las semillas en nuestra salud y como incorporarlas en nuestra dieta, no quiero dejar de darles un pequeño homenaje y recordar que las semillas estas íntimamente ligadas al desarrollo humano desde hace más de 10.000 años, cuando los hombre empezaron a domesticar a animales y plantas, permitiendo el desarrollo cultural a lo largo de la historia, hasta nuestros días.
Tras este pequeño agradecimiento a las semillas, como origen de la vida y origen de la nutrición, podemos decir que en los últimos años se están volviendo a incorporar a nuestras dietas. Las semillas, igual que las legumbres o las frutas y verduras, son productos que con la modernidad se han ido arrinconando a favor de otro tipo de alimentación procesada y con menor valor nutricional.
Actualmente la sociedad vuelve a poner el foco en alimentos sencillos, saludables y económicos. El poder de las semillas radica en los beneficios nutricionales que nos aporta y su efecto en nuestra salud, por :
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- su alto contenido en vitamina y minerales
- su contenido en fibra, que ayuda a cuidar la salud digestiva y el tránsito intestinal
- sus ácidos grasos insaturados que ayudan a controlar los niveles de colesterol
- sus antioxidantes
- nos ayudan a equilibrar el nivel de azúcar en la sangre.
- generan sensación de saciedad
- refuerzan los niveles de calcio