Si bien hemos tenido que echar un freno a nuestras costumbres, está claro que cuando esto finalice no perderemos la oportunidad de quedar para tomar el aperitivo con las personas que queremos y volveremos a disfrutar de esa “avanzadilla” a las comidas y cenas.
La costumbre del Aperitivo nació en Italia sobre el siglo XVII y se extendió a toda Europa a principio de Siglo XIX, arraigando fuertemente en España, convirtiéndose en parte de nuestra cultura.
Etimológicamente, la palabra Aperitivo viene del latin aperire (abrir), y como tal, el aperitivo se utilizaba para abrir el apetito antes de las comidas principales, acompañando alguna bebida con pequeños platos con diversidad de productos como olivas, jamón, queso, Frutos Secos Patatas Fritas, Cacahuetes…
Antes de que se extendiera a todas las clases sociales, fueron los intelectuales y políticos quienes empezaron a practicar el aperitivo en bares y tabernas y era el momento en los que discutían sus ideas y seguramente muchas grandes obras se iniciaron durante estos momentos de debate y creación.
Posteriormente se extendió a todas las clases sociales y se practicaba antes de grades celebraciones y reuniones familiares. Ahora el Aperitivo se puede hacer en cualquier situación y cualquier día de la semana y se toma tanto en lugares públicos como en el propio hogar.
Actualmente ir a “hacer el Aperitivo” es algo intrínseco a nuestra cultura, es una forma de socializar, reunirse con amigos, disfrutar de una buena conversación, compartir risas, brindar y relajarse, y puede que la idea de abrir el apetito queda descartada, ya que en muchas ocasiones, el propio aperitivo se convierte en la comida principal.
Es una costumbre tan arraigada, que si en las circunstancias actuales no podemos hacer el aperitivo tan a menudo o los grupos de reunión han de ser más reducidos, pues reducimos pero no renunciamos del momento del aperitivo.
Pronto volveremos a reunirnos y a celebrar y brindar por todos nosotros.